Nuevo régimen: Los mismos errores y mayores peligros

En el marco de fragilidades y medidas que no intentan corregir los problemas, surgen preguntas para los próximos meses. ¿Qué ocurrirá cuando se cierre la etapa de la cosecha gruesa si el dólar nunca toca el piso de la banda y no se acumulan reservas? ¿Qué ocurrirá cuando retornen las tensiones normales previas a las elecciones de octubre? ¿Por qué no habría una fuerte búsqueda de dólares si se percibe “barato” y se intuyen correcciones luego de las elecciones? ¿Será un factor relevante los dólares no registrados en esta coyuntura?

ActualidadAyerJuan M. GrañaJuan M. Graña

el-ministro-de-economia-luis-cap

El 11 de abril, Milei y su gabinete anunciaron una flexibilización del cepo cambiario vigente desde los últimos meses del gobierno de Macri. Allí liberaron las restricciones para las personas pero las empresas continuaron restringidas, algo que luego se reafirmó con regulaciones adicionales sobre la emisión de bonos por parte de empresas. 

La flexibilización, que fue acompañada por un nuevo y enorme endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional, fue ordenada y el tipo de cambio oficial se estabilizó en un nivel un poco inferior a los $1.200, en la mitad inferior de la banda cambiaria comunicada. Lo que explica esta tranquilidad cambiaria son dos factores de carácter coyuntural o estacional. 

Por un lado, las tensiones cambiarias previas a la flexibilización habían generado un adelantamiento del pago de importaciones y postergación de exportaciones que, una vez modificado el esquema y tranquilizada la cotización, permitieron semanas con mayores liquidaciones y menores compras. Como estamos en medio de la cosecha gruesa las liquidaciones se limitan a afrontar gastos del proceso, reservan el resto para cuando la cotización sea mejor. Por el otro, agotado ese proceso, el gobierno comenzó a intervenir fuertemente en el “dólar futuro” para intentar dar certezas sobre el valor del dólar hacia fin de año buscando reiniciar el “carry trade” (la famosa bicicleta financiera).

En ese marco el gobierno festeja dos cuestiones que están vinculadas pero que tratan por separado: “abrimos el cepo y baja la inflación”. Lo que explica ambas es, justamente, haber mantenido al dólar en el mismo sendero de apreciación en el que ingresó allá por enero de 2024 luego de la monstruosa devaluación de diciembre. Si el dólar no sube, ¿por qué se aceleraría la inflación? Más considerando lo que ya se aceleró en marzo y abril.

Ahora bien, ¿cuál es el problema de esta estrategia del dólar barato? Los efectos nocivos se juegan en dos planos que ya vimos en estos meses. 

Por un lado, ser una economía “cara en dólares” tiene masivos efectos sobre la producción y el empleo. Al sector manufacturero sus costos no le permiten competir ni en el exterior ni en el mercado interno -más considerando la apertura comercial- lo que impacta la producción y el empleo. El turismo nacional pierde visitantes argentinos y extranjeros. Lo mismo ocurre con el comercio. Y estos efectos se van produciendo constantemente como muestran las noticias sobre empresas de diferentes rubros y regiones que reducen personal o cierran.

Por el otro, genera en el sector externo -el talón de Aquiles de nuestra economía- una demanda exacerbada de dólares a través de importaciones y turismo frente a una oferta cada vez más pequeña. A eso se suma, el ahorro en divisa anticipando una crisis. Por un tiempo puede cubrirse con endeudamiento, como el del Fondo Monetario, pero cuando ello ya no alcanza se produce una crisis cambiaria con consecuencias en la economía, el empleo y los ingresos.

Todo esto es lo que ocurrió entre enero de 2024 y la reformulación del esquema. Fue quedando crecientemente claro que el valor del dólar era insostenible luego de una disputa mediática extensa contra los que evaluamos que existía “atraso cambiario”. Los mercados financieros comenzaron a tensionarse, los rumores de cambio de régimen se instalaron y tuvimos una pequeña corrida -amortiguada por el cepo cambiario- pero que igual generó en marzo una contracción de la economía y los salarios. 

Una estabilización realmente duradera requiere que los precios relativos sean razonables y el dólar -uno de los principales- no está cumpliendo esa condición.

El gobierno reincide en errores. Sus voceros del gobierno -que acumulan tantas contradicciones como entrevistas- declaran alegremente que no les importa acumular reservas internacionales (que siguen siendo mínimas y casi exclusivamente prestadas). Su objetivo único, dicen, es bajar la inflación sin reconocer los costos que eso genera. Mientras tanto el tipo de cambio real es el menor desde fines de la convertibilidad y los últimos meses del segundo gobierno de Cristina Fernández, y la idea de hundirlo al piso de la banda cambiaria para recién allí comprar reservas implica profundizar el atraso cambiario. Un despropósito absoluto. 

En definitiva, ya transcurrió un mes y medio del cambio de régimen cambiario, en temporada alta de liquidación de exportaciones y las reservas no crecen. Pero el nuevo régimen cambiario más flexible hace que esta repetición de errores del gobierno imponga consecuencias mayores. 

Ahora bien, toda la fragilidad del programa vuelve a quedar clara cuando el gobierno insiste con buscar los dólares fuera del sistema. Los anuncios realizados, muy menores frente a las declaraciones previas, implican el aumento de topes y eliminación de mecanismos de información para poder utilizar recursos no registrados. Ahora bien, al no estar amparado en una Ley -que recién se presentaría más adelante y que en los meses electorales parece difícil que se trate- cualquier persona que aproveche esos menores controles igual puede ser sancionada. Esto hace difícil considerar que vaya a generar grandes impactos. 

Si parecen surgir claramente tres lecturas políticas de estas medidas. Por un lado, hace explícita la incapacidad de generar los dólares “genuinos” para estabilizar el sector externo y su falta de voluntad para modificarlo. Por otro lado, este tipo de propuestas, que se repiten, son sumamente nocivas para construir una economía con incentivos correctos a la tributación, injusta para los contribuyentes y potencialmente peligrosa al habilitar la circulación de dinero de origen ilícito. Finalmente, una vez más, el gobierno busca beneficiar al segmento más rico de la población mientras que el mercado laboral no mejora y los ingresos tampoco.

En el marco de fragilidades y medidas que no intentan corregir los problemas, surgen preguntas para los próximos meses. ¿Qué ocurrirá cuando se cierre la etapa de la cosecha gruesa si el dólar nunca toca el piso de la banda y no se acumulan reservas? ¿Qué ocurrirá cuando retornen las tensiones normales previas a las elecciones de octubre? ¿Por qué no habría una fuerte búsqueda de dólares si se percibe “barato” y se intuyen correcciones luego de las elecciones? ¿Será un factor relevante los dólares no registrados en esta coyuntura?

El camino que sigue el gobierno es sumamente nocivo para la producción y el empleo al tiempo que acumula fragilidades externas que ya sabemos dónde terminan. La alternativa es cambiar radicalmente las prioridades: acumular reservas e impulsar la economía y el mercado laboral a recuperarse rápidamente reconociendo que esos objetivos garantizan una estabilidad a futuro y un reparto equitativo de los costos. Frente a eso, a este gobierno sólo le importa su resultado electoral de octubre.

graña

Juan M. Graña. Economista - Investigador del CONICET - Miembro del Grupo Paternal  @juanmgrana

Te puede interesar
periodismo-inteligencia-artificial

Diario Bonaerense® incorpora la tecnología de IA en la redacción. Una aliada para al periodismo del futuro

Fabio Perussich
Actualidad16 de mayo de 2025

La IA abre nuevas oportunidades para mejorar la eficiencia, la calidad y la conexión con las audiencias. Lejos de ser una amenaza, la IA será una gran ayuda para periodistas, lectores y comunidad de contenidos digitales. Una herramienta bien usada transforma empresas de medios y comunicación. El Grupo de Medios Colmena y Diario Bonaerense® lanza esta herramienta en sus portales de noticias.

Lo más visto
el-titular-de-arca-juan-pazo-el-ministro-de-economia-luis-caputo-y-el-presidente-del-bcra-santiago-bausili-2028114

Nuevo régimen: Los mismos errores y mayores peligros

Juan M. Graña
ActualidadAyer

En el marco de fragilidades y medidas que no intentan corregir los problemas, surgen preguntas para los próximos meses. ¿Qué ocurrirá cuando se cierre la etapa de la cosecha gruesa si el dólar nunca toca el piso de la banda y no se acumulan reservas? ¿Qué ocurrirá cuando retornen las tensiones normales previas a las elecciones de octubre? ¿Por qué no habría una fuerte búsqueda de dólares si se percibe “barato” y se intuyen correcciones luego de las elecciones? ¿Será un factor relevante los dólares no registrados en esta coyuntura?

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email