La UCR bonaerense acelera definiciones: alianzas posibles y nombres para encabezar

El radicalismo bonaerense define su estrategia electoral: candidaturas fuertes, internas abiertas y posibles alianzas, incluso por secciones, con o sin el PRO.

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Tras un extenso proceso de consultas internas con los 135 comités locales de la provincia de Buenos Aires, la Unión Cívica Radical (UCR) entra en una etapa decisiva para definir su estrategia rumbo a las elecciones legislativas de septiembre y octubre. El debate gira en torno a tres ejes: si el partido debe competir en soledad o en alianza, con quiénes sellar esos acuerdos, y quiénes encabezarán las boletas.

 
Mayoría por equidistancia y rechazo a los extremos

Según trascendió de las reuniones virtuales con las ocho secciones electorales, una amplia mayoría de los comités distritales manifestó su preferencia por mantener una equidistancia tanto del kirchnerismo como del oficialismo libertario. La consulta fue impulsada por los referentes Miguel Fernández y Pablo Domenichini, líderes de los sectores Unidad Radical y Futuro Radical, respectivamente.

Aunque no fue unánime, el resultado fue contundente en varias secciones del interior, especialmente en la Cuarta. En otras zonas, como la Quinta, el margen fue menor. No obstante, la postura no compromete automáticamente una decisión partidaria, ya que dentro de la conducción del radicalismo hay sectores que consideran que las definiciones deben surgir de los dirigentes y no de los sondeos a las bases.

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Entre la Lista 3, posibles alianzas y figuras de peso

Una de las alternativas analizadas es competir con boleta propia, rescatando la tradicional Lista 3. Si bien esta opción cuenta con respaldo simbólico, también genera reparos en cuanto al rendimiento electoral que podría tener, especialmente en los niveles legislativos provinciales y seccionales.

De concretarse esta vía, no se descarta un acuerdo interno entre los espacios liderados por Maximiliano Abad y Martín Lousteau. Este último ya no cuenta con el respaldo de Facundo Manes, quien abandonó el radicalismo para construir un nuevo frente junto a sectores peronistas no kirchneristas e independientes.

También surgieron nombres de figuras con alto perfil para encabezar listas, como Elisa Carrió para la Primera Sección electoral y Carlos Melconian para la Tercera. Ambos nombres fueron planteados como posibles candidatos, aunque hasta el momento no hay confirmaciones oficiales ni ofrecimientos formales.

La opción del PRO y los riesgos del acercamiento libertario

Otra posibilidad en análisis es sellar un acuerdo con sectores del PRO, especialmente si ese espacio se distancia de La Libertad Avanza. La negociación dentro del macrismo continúa abierta y hay sectores que ya se alinearon con los libertarios. Sin embargo, persisten reticencias internas, especialmente en intendentes referenciados en Jorge Macri, como Soledad Martínez (Vicente López), Pablo Petrecca (Junín) y María José Gentile (9 de Julio).

Desde algunos sectores del radicalismo se considera que una eventual ruptura entre el PRO y los libertarios podría abrir la puerta a un frente compartido, con respaldo en distritos clave como la Segunda, Cuarta y Sexta sección electoral. También se evalúa sumar fuerzas con otros espacios como el GEN, el vecinalismo y sectores independientes.

Una alternativa que cobra fuerza es permitir que cada sección defina su propia política de alianzas, en función de las dinámicas locales. Esta estrategia de “alianzas a la carta” permitiría al radicalismo adaptarse a las particularidades territoriales, aunque genera reparos en la conducción partidaria, que advierte sobre el riesgo de fragmentar la estructura y complicar la formalización de alianzas bajo un mismo sello.

Plazos acotados y definición inminente

El calendario electoral impone definiciones urgentes. En ese contexto, algunos referentes radicales mantienen contactos con figuras del macrismo para explorar armados comunes. Uno de los operadores que se movió en ese sentido fue Emilio Monzó, quien se reunió con Mauricio Macri para proponer un armado conjunto con radicales y otros espacios si se confirma el quiebre con el oficialismo libertario.

A pesar del abanico de opciones, hay quienes advierten sobre el riesgo político de sellar un acuerdo con La Libertad Avanza. Entre las preocupaciones figura el impacto que podría tener una eventual crisis económica del gobierno y la dificultad de justificar una alianza con un espacio que ha descalificado públicamente al radicalismo y a figuras históricas como Raúl Alfonsín.

Las definiciones están a la vuelta de la esquina. El radicalismo bonaerense deberá decidir su estrategia electoral en los próximos días, en un contexto de disputas internas, especulaciones y negociaciones cruzadas. Sea cual sea el camino, el desafío será sostener la cohesión partidaria sin perder competitividad electoral.

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