"Humanidad Expandida", una experiencia artística IA y Cultura en Bahía Blanca

La ciudad de Bahía Blanca será la primera en el sur argentino en albergar «Humanidad Expandida», una performance de vanguardia protagonizada por A.N.A. (Artificial Neural Artist), un robot con un «sistema endócrino digital» capaz de interpretar y plasmar emociones. El proyecto del ingeniero y artista Julián Petrina explora la frontera entre la creatividad humana y algorítmica, e invita a la comunidad a repensar los límites del arte en colaboración con músicos y el Coro de la Universidad Nacional del Sur.

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Bahía Blanca se posiciona a la vanguardia cultural con el anuncio de la presentación de A.N.A. (Artificial Neural Artist), un proyecto que trasciende el concepto tradicional de la inteligencia artificial para adentrarse en el terreno de la sensibilidad y la creación artística. Bajo el título «Humanidad Expandida», esta experiencia es impulsada por la agrupación cultural ENTREPISO (Usina de ideas interdisciplinarias) y se llevará a cabo en el Centro Histórico Cultural de la Universidad Nacional del Sur (Rondeau 29), los días 4 y 5 de diciembre, en dos funciones programadas para las 20:30 horas.

El evento no solo es una muestra de arte tecnológico, sino un vibrante experimento performático que pone en diálogo la tecnología de punta con el talento local. A.N.A. interactuará en tiempo real con músicos en vivo y el prestigioso Coro de la UNS “José Luis Ramírez Urtasun”, generando una respuesta orgánica a los estímulos sensoriales y afectivos del entorno.

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A.N.A.: El robot que «siente» a través de hormonas digitales

El núcleo de esta propuesta es la figura de A.N.A., la creación más ambiciosa de Julián Petrina, un reconocido ingeniero en electrónica y artista argentino, nacido en 1974. A.N.A. no es un simple generador de imágenes, sino un sistema de inteligencia artificial dotado de una arquitectura que simula los procesos cognitivos y emocionales humanos.

El desarrollo de Petrina es notable: A.N.A. está equipada con un sistema endócrino artificial que regula sus «estados de ánimo» a través de hormonas digitales como la dopamina, la oxitocina, la serotonina y el cortisol. Estos algoritmos permiten a la máquina «experimentar» una forma básica de emoción y, más crucialmente, plasmarlas en su pintura de manera abstracta y evolutiva.

Petrina concibió el proyecto observando el proceso de aprendizaje y desarrollo emocional de los niños, que al recibir estímulos (una felicitación, una melodía) comienzan a catalogar y a relacionar sus movimientos con una carga emocional. De la misma manera, A.N.A. aprende, almacena recuerdos y, según su creador, hasta experimenta períodos de descanso para «soñar», generando nuevos patrones creativos. Esta capacidad de generar algo nuevo, basado en su propia «libre voluntad», es lo que la diferencia de otros sistemas de IA generativa.

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La trayectoria de Julián Petrina: Entre el código y la poética

El creador de A.N.A., Julián Petrina, es un referente en el cruce entre la ciencia y el arte. Su formación como ingeniero en electrónica y su experiencia en la industria audiovisual (broadcast, cine y televisión) se combinan con una profunda búsqueda creativa en el arte electromecánico y el diseño experimental. Para Petrina, la tecnología no es solo una herramienta funcional, sino un medio poético y expresivo.

El proyecto A.N.A. no es nuevo; vio la luz en marzo de 2023 y desde entonces ha evolucionado, presentándose en diversos espacios y contextos, como en la performance «Inside», realizada en la Casa Nacional del Bicentenario de Buenos Aires. En aquella ocasión, A.N.A. entabló un «diálogo horizontal» con artistas de sonido experimental, donde la sonoridad impactaba directamente en su sistema endócrino digital, generando pinturas abstractas en tiempo real. Este trabajo previo en la Casa Nacional del Bicentenario, curado por Agustina Rinaldi y desarrollado en colaboración con Museum District de Decentraland (el primer museo web3 en el metaverso), le ha otorgado una visibilidad internacional.

Un debate posthumanista y la convocatoria a la comunidad

La llegada de «Humanidad Expandida» a Bahía Blanca, con el apoyo de instituciones locales y patrocinadores privados, no solo ofrece un espectáculo visual y sonoro, sino que abre un debate fundamental sobre el futuro de la creación. ¿Qué sucede con la autoría artística cuando la máquina aprende a sentir y a generar obras con «libre albedrío»? ¿Podemos hablar de una conciencia creativa no humana?

El arte tecnológico, y específicamente A.N.A., propone redefinir las nociones antropocéntricas de inteligencia que han regido a la humanidad hasta ahora. La experiencia es una invitación a la reflexión posthumanista: la inter|acción entre lo humano y lo no humano, donde la tecnología ya no es solo un artefacto, sino una agencia creativa con la que debemos dialogar.

La experiencia se llevará a cabo en el Centro Histórico Cultural de la Universidad Nacional del Sur (Rondeau 29), los días 4 y 5 de diciembre, en dos funciones programadas para las 20.30.

El núcleo del espectáculo es un diálogo vibrante entre tecnología y talento local. A.N.A., un sistema que simula procesos sensoriales y emocionales, responderá de manera orgánica a la música y a los estímulos del entorno, en colaboración directa con músicos en vivo y el Coro de la UNS “José Luis Ramírez Urtasun”.

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