El espejo roto del tiempo: “País de Nunca” se despide del TACEC

Con dos funciones finales este sábado 28 de junio —a las 19:00 y a las 21.30—, se despide del Centro de Experimentación y Creación (TACEC) la obra “País de Nunca (ajedrez fantástico)”, una apuesta teatral-musical que conjuga lo onírico con lo político, el juego con la memoria, y que desde su estreno no ha dejado de interpelar al público con su poética ambigua y perturbadora.

La pieza, escrita y dirigida por Guillermo Parodi, se presenta en la Sala Iris Scaccheri del Teatro Argentino de La Plata, y forma parte de la agenda impulsada por el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires. Las entradas son gratuitas, con reserva online a partir del jueves 26 de junio al mediodía, a través de la web y redes del Teatro. También habrá un cupo presencial ese mismo día para personas mayores de 65 años.

A través del espejo
La historia sigue a Irupé, una suerte de “Alicia del litoral”, que despierta del otro lado de un muro en un mar de agua dulce. Lo que encuentra es un país deformado, donde las palabras han perdido su sentido y la historia parece haberse quebrado en algún punto de los años 70. “La magia es la forma de sostener esta distorsión de la realidad, de decir lo que no se puede decir”, explica Parodi.

La obra dialoga con múltiples referencias literarias y musicales: de Lewis Carroll a María Elena Walsh, de Houdini a Teresa Parodi, pasando por Serú Girán. Todo se combina en un juego de espejos y ecos donde la memoria cultural argentina aparece refractada, distorsionada, pero no vencida.

En escena, actúan Inda Buth, Gran Calibán, Guillermo Flores, Lucía Palacios, Marcelo Rodríguez y Lorena Szekely, con entrenamiento corporal a cargo de Sofía Ballvé. La música original —a cargo del trío Matar un tigre (Juan Pablo Martini, Nicolás Lastra y Juan Zuberman)— acompaña la acción con climas que van del lirismo inquietante al estallido simbólico.

El ajedrez como metáfora
Desde la escenografía de Fernando Díaz, el vestuario de Jorgelina Herrero Pons y la iluminación diseñada por Parodi junto a Agustina Palermo, todo está concebido para sumergir al espectador en un universo entre lúdico y oscuro. Un país donde el juego del ajedrez —con sus reglas rígidas y sus piezas intercambiables— deviene símbolo de una sociedad atrapada en sus propias contradicciones.

“El arte, como la magia, tiene la capacidad de revelar lo que está oculto a simple vista. Nuestra intención no es ofrecer respuestas, sino activar preguntas. ¿En qué momento dejamos de entender el mundo que habitamos?”, se pregunta Parodi.

Con esta despedida, País de Nunca deja en escena no solo una obra compleja y profundamente estética, sino también un espejo incómodo que invita a pensar el presente a partir de sus fracturas.